lunes, 15 de noviembre de 2010

El hombre ha desarrollado a lo largo de la historia distintos ideales pero, a veces en su concreción, sólo piensa individualmente y no en los derechos de los demás.
Persigue la satisfacción de sus necesidades sin pensar tampoco en lo más importante para el desarrollo de su vida: el Planeta; la casa de todos.
Consciente del gran daño que le causa, no se da cuenta de que no es sólo el Planeta el que se perjudica, sino también la vida del resto de los seres humanos y de la naturaleza, la cual le brinda todos sus recursos para que pueda satisfacer sus necesidades y desarrollar su vida.
Al dañar el Planeta está destruyendo su propio hogar. Si el daño sigue, se producirá tal deterioro, que las generaciones futuras no podrán acceder al derecho de vivir en un mundo sano y equilibrado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario